jueves, 20 de octubre de 2016

NUESTRO ESTILO DE SOCIABILIDAD

Me pasé muchos años de mi vida tratando de tener la mayor cantidad de amigos e ir a la mayor cantidad de reuniones familiares que fueron siendo cada vez más multitudinarias. Sin embargo desde que empecé a vivir con Ely, me fui dando cuenta que ella tenía solo unos pocos amigos y que les gustaba intimar con ellos. Con los años, fui aprendiendo que esta característica suya le venía de lo que el Eneagrama describe como cuestión social de su Eneatipo N° 5.
Hace varios años estudié en una determinada fuente de internet, que esta técnica del estudio de las personalidades, le llamaba a las relaciones que mantiene el 5, "relaciones discipulares", a lo que cabe aclarar que más bien serían condiscipulares, pues el 5 pareciera que nunca deja de aprender por más que también enseñe. 
Me di cuenta también que es el tipo de relación que mantienen las personas con fuerte tendencia ermitaña, y se me ha venido a la mente muchas veces, la forma de vida de los auténticos ermitaños, esos que viven en ermitas, cuevas o celdas y que por lo general, al estar retirados del mundo, cultiban la espiritualidad y van alcanzando gran sabiduría, por lo que siempre han sido visitados en su propio lugar por ocasionales discípulos (o condiscípulos) que quieren recibir los consejos y la sapiencia del solitario.
Con el paso del tiempo me fui dando cuenta, que un poco por tenerla a ella como una importante influencia, pero mucho porque al ser del Eneatipo N° 4, lo tengo al 5 por ala, es decir que mi personalidad está impregnada de mis dos alas; el 5 y el 3 (ejecutor-ejecutivo).
Hoy no voy  a hablar del ala 3, pero si de la 5 que me ha ido brindando, ya en la madurez, esta faceta de ermitaño, que no es total, como en el caso de ella, sino que tan solo es un rasgo, podríamos decir para la mitad de mi tiempo, por eso me gusta decir que a me atrae ser; "mitad ermitaño, mitad social". Así lo fui siempre, pero desde que estoy con Ely la cosa se me hizo mas consciente y poco a poco ha dejado de ser una cuestión conflictiva, como lo era en mi juventud.
Cuando estoy ermitaño me gusta estar a solas como es obvio, y he venido aprendiendo cada vez más a estar a gusto a solas. Recuerdo que por allá en el 1998, cuando por primera vez debí quedarme largos períodos solo, no sabía que hacer y daba vueltas de una punta a la otra de la casa como un león enjaulado. Hoy en día en cambio, si no estoy a solas varias horas al día, me siento virtualmente alterado y de lo más vulnerable. Mi soledad ha pasado a estar muy en consonancia con mi paz interior.
Ahora bien, la parte sociable también ha ido cambiando con el paso del tiempo y las etapas de la vida. Antes, como les mencionaba más arriba, me gustaban las reuniones mutitudinarias, pero con el paso de los años me fui dando cuenta que me encanta poder profundizar y esto solo se puede lograr cuando uno intima con una o dos personas a la vez, con no más de 6, por ejemplo 3 parejas. 

Esto no quiere decir que tenga tan solo uno o dos amigos. Mi comunidad es bien grande y tengo muchísimos afectos con los que voy llevando con cada uno de ellos, diversos temas   a través de procesos sociales, que tienen un comienzo, un desarrollo y un final, para después pasar a otro tema y así sucesivamente.
Entonces este estilo se ha ido posicionando en mi vida como el estilo social de mi predilección para mi madurez. Muchos otros factores, además de la influencia de Ely entran en juego para que yo haya ido desarrollando este "estilo de sociabilidad condiscipular", pero solo mencionaré de éstos otros, el hecho de que con mi esposa no tuvimos hijos y por lo tanto nos fuimos acostumbrado más y más a la tranquilidad y al compartir las profundidades de la vida.
Lo último que he estado investigando fue que si al preferir las relaciones uno a uno, debía dejar de lado las reuniones mutitudinarias de la familia y otros contingentes, pero luego de hacer mi prueba y ausentarme a unas cuantas que se realizaron para fechas especiales, advertí claramente que no la pasaba bien quedándome solo, que pensaba en mi familia, que los extrañaba y me enojaba conmigo mismo, supuestamente por no poder integrarme a este otro tipo de reuniones mas formales y menos profundas.
Entonces hace muy poquito tiempo me dije: "Poder compartir en estas reuniones, solamente haciendo acto de presencia y estando con ellos, es también parte de una sociabilidad, más allá que no pueda profundizar con nadie y que mi rol sea preferentemente pasivo y actúe como testigo u observador". Entonces al arribar a ésta última conclusión he decidido continuar asistiendo y de éste modo seguir luchando por la integración social, por más que la integración sea pasiva.
Esto también me los han enseñado los 5 que en las reuniones multitudinarias, cuando muy de vez en cuando asisten, pareciera que se escondieran, quedándose totalmente callados, aunque su presencia sea percibida y valorada por todos, porque la mayoría de la gente, con la sola presencia se conforma, más allá que se intervenga activamente o no.
Estar, aunque sea callado y aún estando escondido, no deja de ser un particular modo de compartir y la gente percibe esto como un signo de aprecio hacia los anfitriones y los demás asistentes, mientras que no estar suele ser  considerado como un signo de indiferencia, muchas veces exasperante y por que no decirlo: un tanto pasivo - agresivo.
En realidad el auténtico ermitaño, como lo es el 5 es una persona hiper sensible, a la que le afecta muchísimo conectarse con sus emociones y con sus sentimientos, siendo el peor de ellos para estas personas, el propio sentimiento de incapacidad que cultivan sin darse cuenta y que los persigue gran parte de su vida como una sombra. 
Es por ello que ante este "dolor" íntimo y secreto, se  esconden de los demás y principalmente se esconden de sus propias emociones, no permitiéndose experimentarlas mientras se van suscitando, debiendo tomar distancia de las mismas, para después en la intimidad procesarlas fuera de tiempo, desde su cabeza y sus pensamientos, con la racionalidad que es su aspecto mas potente y fuerte. Son pensadores natos.
Los cuatro en cambio somos básicamente sentimentales y emocionales por lo que estamos totalmente acostumbrados a navegar entre las lágrimas de la alegría y la tristeza, la saliva de la furia, el zapateo del corazón ante el miedo, o el hueco en la boca del estómago de la angustia y así con cada emoción.
La mejor manera de poder conectarse con un auténtico ermitaño como es Ely, es insistir para comunicarse con ella, principalmente llamándola varias veces por teléfono hasta dar con ella, luego acordar un encuentro, agendarlo debidamente y después irla a visitar a su propio territorio, su "tótem", su hogar, su castillo de cristal, su cueva, su ermita, su celda. Allí uno se se encontrará con una persona iluminada, amable, dada, muy generosa, que comparte todo lo suyo, escucha atentamente como pocas personas son capaces de hacerlo, entrega lo que sabe de su muchas ramas del conocimiento que manejan sin creérselo nunca y aprende con gusto todo lo que los demás tienen para enseñarle, lo sepan estos o no, porque el 5 es perspicaz.    

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