domingo, 28 de febrero de 2016

TAREA DE PULIDO Y ACABADO

Una vez estuve concurriendo a un taller de literatura en la Biblioteca Córdoba, el profesor me dijo cierto día: "No escribas nunca algo definitivo cuando estés en medio de la experiencia emocional. Deja mas bien que la emoción se decante y luego con la mente y el corazón frío escribe sobre lo que has experimentado".  El escrito sobre el que estoy pensando lo escribí en medio de la experiencia emocional y que por consiguiente me salió demaciado largo, es el de hace unos días sobre lo aprendido a cerca del Wabi Sabi y las remodelaciones para el Bar de los Nombres.
Me doy cuenta que está demaciado extenso y me gustaría editarlo para reducirlo al menos en dos tercios de su extensión.
Es  domingo a las 22:31 hs. y no tengo ganas de ponerme ahora a realizar esa tarea. Creo que la dejaré para hacerla mañana o pasado, pero esto que les estoy contanto viene bien para demostrarles que la tarea de pulido y acabado, es decir, corrección y más corrección, es una actividad de lo más importante en el oficio del escritor.
Por mi experiencia en otras artes, como por ejemplo el teatro, se que también esa práctica en el pulido y acabado resulta crucial. Me pasó el año pasado cuando estuvimos varios meses practicando una obra y cada ensayo era más y más enriquecedor y la cosa salía cada vez mejor. Incluso después del estreno, fuimos recibiendo pautas de parte de la directora y para la próxima, la obra salía mucho mejor, siendo la que se llevó todos los laureles la última puesta en escena. 


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